Al principio había dos canales: El canal Forth y el Clyde que fueron construídos en 1777 entre los puertos Grangemouth y Falkirk que conectan Glasgow con la costa oeste de Escocia.
La Unión del canal entre Falkirk y Edimburgo fue terminada en 1822.
Los dos canales fueron conectados por 11 esclusas, para salvar las dificultades geográficas, con una diferencia en altura de 24 metros.
En los años 1930 cayeron en desuso y se rellenaron de tierra para otros usos.
La Comisión del Milenio decidió regenerar los canales de Escocia central para conectar Glasgow con Edimburgo nuevamente.
En 1963, después de 150 años de la existencia de esta vía acuática, empezó la construcción de un carrusel inmenso de agua.
Esta idea extraordinaria fue terminada en 2002 y llegó a ser un símbolo de Escocia.
Esta invención ahorra no sólo tiempo sino también energía.
Esta maravillosa obra de ingeniería se llama Rueda Falkirk.
Es el único carrusel acuático de transporte en el mundo. En este punto los dos canales difieren 24 metros, algo así como el alto de un edificio de ocho pisos, de modo que un sistema de esclusas normales no sería factible en un tramo corto.
La rueda, que tiene un diámetro total de 35 metros, consiste de dos brazos opuestos que se extienden 15 metros a partir del eje y que toman una forma que recuerda un hacha celta, de doble cabeza, situados a unos 25 metros uno del otro sobre un eje de 3,5 metros de diámetro. Dos canastas o cajones diametralmente opuestos, con capacidad de 300 metros cúbicos cada uno, llenos de agua, se encuentran en el centro de cada orificio de los brazos, a modo de dos cunas que giran como en una rueda de la fortuna.
Este proceso tarda solamente 15 minutos.